¿Qué es la dislexia?
La dislexia es un trastorno del aprendizaje caracterizado por dificultades para aprender a leer con fluidez y sin errores, y dificultades en la comprensión lectora, la ortografía y la escritura. Es frecuente que venga acompañada de otras alteraciones relacionadas con la expresión escrita, cálculo, comunicación o problemas emocionales.
El aprendizaje de la lectura comienza en el niño en el momento en el que percibe que las palabras están formadas por los sonidos del habla (lo que se conoce como «conciencia fonológica«) y en cómo esos sonidos se asocian con las letras del abecedario (correspondencia entre fonemas y grafemas). Más adelante, aprenden a combinar esos sonidos y letras para formar palabras, y finalmente acaban reconociéndolas automáticamente tras haberlas leído muchas veces.
A modo de ejemplo, leer sería como montar en bicicleta: es importante mantener el equilibrio, a la vez que controlar el manillar, pedalear de forma acompasada, frenar cuando es necesario,… en general, requiere hacer muchas cosas a la vez y de manera coordinada, y si algo falla en el proceso repercute en lo restante. Como hemos comentado anteriormente, con la práctica y progresivamente, los lectores habituales aprenden a leer las palabras de forma automática, ello hace que puedan centrar su energía en comprender y recordar lo que acaban de leer. Los niños con dislexia, por el contrario, presentan problemas tanto de conciencia fonológica como para establecer correspondencias entre grafemas y fonemas (letras y sonidos). Por este motivo, la lectura no es un proceso automático sino que sigue siendo una tarea lenta. Estas dificultades en el aprendizaje de la lectura repercuten significativamente en la comprensión lectora y consecuentemente aumenta la frustración del niño.
Además, los niños con dislexia pueden sentir que, ante sus dificultades para seguir el ritmo de la clase, no son tan inteligentes o válidos como sus compañeros, pero lo cierto es que suelen presentar un nivel normal y normal-alto de inteligencia. Sin embargo, a medida que van avanzando en la escuela, estos problemas pueden empeorar, porque la lectura desempeña un papel cada vez más evidente en el aprendizaje. Además, como es una tarea que les supone un gran esfuerzo y que les resulta muy estresante suelen evitarla. En consecuencia, a nivel de rendimiento académico se van quedando cada vez más atrás en comparación con sus compañeros, llevando esto al fracaso escolar, de no detectarse de forma temprana.
¿Cuál es la causa de la dislexia?
Las investigaciones indican que la dislexia radica en una alteración en la forma en que el cerebro procesa la información. Las imágenes cerebrales de los estudios muestran que, cuando las personas con dislexia leen, se activan partes del cerebro diferentes a las que se activan en personas sin dislexia. Por tanto, es importante remarcar y desmitificar que no está relacionada con la inteligencia ni con deficiencias sensoriales, puesto que en ese caso estaríamos hablando de otro tipo de trastorno.
¿Cuáles son los signos de alarma de la dislexia?
Los primeros signos que se detectan tienen que ver con la dificultad para aprender secuencias (alfabeto, días de la semana, formas y números,…), para seguir instrucciones, para aprender los nombres de las letras y sus sonidos así como para pronunciar palabras nuevas, aprender a separar las palabras en sílabas (ropero en ro-pe-ro) y a identificar los sonidos del habla (ola en o-l-a) que componen las palabras; dificultad en la caligrafía y la coordinación motora fina (observable, por ejemplo, en la habilidad para coger el lápiz y realizar un trazo adecuado), en la ortografía en textos y/o dictados y en la automatización del aprendizaje y en la memorización (aprende algo, no lo almacena correctamente y, finalmente, lo olvida).
A su vez, se presentan alteraciones en la percepción espacial: en concreto, con los conceptos izquierda-derecha, arriba-abajo, delante-detrás, etc. Esto conlleva que, en ocasiones, puedan confundir determinadas grafías (como p-q o b-d) o alterar su orden al escribir (“al” con “la”, “el” con “le”, etc.).
Cabe destacar que la dislexia puede afectar tanto emocional como socialmente. La dificultad para encontrar palabras del léxico puede hacer que el lenguaje expresivo no se desarrolle adecuadamente y pueda repercutir en el ámbito de las habilidades sociales. A su vez, aquellos que aún no han sido diagnosticados, pueden tener baja autoestima ya que, a menudo, se les acusa de “vagos” o de no esforzarse lo suficiente para aprender a leer. Nuestro trabajo será ayudarlos a redescubrir que son capaces de lograrlo con esfuerzo y que son totalmente válidos, puesto que han dejado de creer en sí mismos.
Además, es importante comentar que la dislexia casi en el 60% de los niños suele ir acompañada de problemas atencionales.
¿Cómo se diagnostica la dislexia?
La dislexia puede tardar en diagnosticarse pues no es evidente hasta que el niño es mayor y las exigencias académicas son distintas y superiores. Cada vez se espera de él que escriba según unas pautas, que lea y, sobre todo, entienda contenidos complejos.
Por ello, la detección temprana es esencial. Cuanto antes se empiece a trabajar y se ofrezcan las herramientas necesarias para compensar las dificultades, mejores resultados y avances se obtendrán. En definitiva, con ello pretendemos mejorar la adaptación al proceso educativo, a sus relaciones sociales y a su vida diaria.
Para que la lectura se pueda desarrollar satisfactoriamente la activación cerebral en áreas específicas del lenguaje es necesaria. En concreto, cuando las áreas del hemisferio izquierdo no están activadas o existe falta de conectividad entre las mismas, el proceso de lectura se ve afectado. En el Centro Conoce (Centro de Neurociencias Cognitivas), contamos con un equipo terapéutico especializado en trastornos del aprendizaje y trabajamos con dispositivos de estimulación, como el Neurofeedback, en el que se entrena este proceso de activación y de comunicación entre las zonas implicadas en la lectura con el fin de reportar mejoras que repercutan en el ámbito académico, personal y social.