Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo (TDDEA)
Muchas veces, los papás consultan por encontrarse en situaciones en las que los niños presentan problemas de enfados. Algunas veces, éstas son leves y se puede trabajar entendiendo estas conductas como conductas impulsivas; con lo cual mejoran con terapia cognitivo-conductual y enseñándoles a los papás, por medio de programas, cómo ayudar al niño.
Pero ¿Qué pasa cuando la situación es más grave? ¿Estamos frente a un TDDEA?
Este es uno de los trastornos del ánimo, incluido en el DSM 5, junto con otros. Si bien este trastorno existía con anterioridad, no fue hasta la publicación del DSM-5 en 2013 cuando se le concedió la importancia que tiene como trastorno diferenciado.
Se trata de una dolencia en la que niños y adolescentes (de 6 a 18 años) se muestra irritable de forma crónica y presenta estallidos de humor frecuentes y difíciles de llevar; que suelen ser desproporcionados a la situación que los ha generado y no concuerdan con el nivel de desarrollo. Además, ese estado de ánimo irritable se da en la mayor parte el día y casi todos los días; dándose accesos de cólera varias veces a la semana. Los síntomas se inician antes de los 10 años de edad y han estado presentes durante 12 meses o más y están presentes en dos de estos tres contextos familia, colegio, con compañeros de su edad y, en al menos uno de ellos, se dan de forma grave.
Así, estos síntomas no son causados por otra afección médica y no se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de ninguna sustancia.
Es un trastorno que se tiene que tratar de forma multidisciplinar para hacer un abordaje lo más completo posible y en el que trabajen todos los profesionales que atiendan el caso y personas allegadas para, desde la psiquiatría, la neuropsicología, la escuela y lo padres tener herramientas para un buen manejo de las dificultades del niño y que éste se pueda desarrollar de forma plena.